La circuncisión es un procedimiento habitual en el que se extrae quirúrgicamente la piel que recubre la punta del pene. Usualmente se realiza a los niños recién nacidos antes de que salgan del hospital y, a menudo, dentro de los 2 primeros días de vida.
La circuncisión se hace para remover el prepucio del pene. El prepucio es el pliegue de piel que cubre la punta del pene.
La circuncisión en un adulto es habitualmente un procedimiento común y seguro, aunque siempre existen riesgos con el mismo. Su pene, próstata, otras partes del tracto urinario, vasos sanguíneos o nervios podrían resultar lesionados durante el procedimiento. Esto podría ocasionarle problemas con el paso de orina o con las relaciones sexuales.
También podría presentar inflamación, dolor pélvico o sensación de adormecimiento en el pene. Podría sangrar más de lo habitual o adquirir una infección. Usted podría presentar una erección antes de sanar completamente. Esto podría provocarle rotura de las suturas o del adhesivo y abrir su incisión. Usted podría necesitar más cirugía si ésto sucediera. Su pene podría no tener la misma sensibilidad que tenía antes. También podría verse de una manera que usted no esperaba después del procedimiento.
La operación normalmente dura alrededor de 20 o 30 minutos. Su cirujano le quitará el prepucio usando instrumentos quirúgicos. Los bordes de la piel se cerrarán usando puntos reabsorbibles y/o pegamento quirúrgico especial. Normalmente el pene se protege con un vendaje a base de parafina y otras sustancias cicatrizantes que por lo general se retira a las 48 horas.
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