El descenso de vejiga se debe a la debilitación de los músculos de la pelvis que la sujetan. Los músculos de la pelvis se encargan de sujetar la vejiga, que está separada del canal vaginal por una pared fibromuscular que en un momento dado y por diversas causas puede debilitarse.
La cirugía para el prolapso de vejiga sólo es necesaria cuando la vejiga ha caído dentro de la vagina. SI el bulto es muy incómodo, sangra o produce problemas urinarios como incontinencia, infecciones o interrupción del flujo urinario, la cirugía puede ser la única opción para reparar la pared vaginal y colocar la vejiga nuevamente en su sitio.
La cirugía de descenso de vejiga consiste en el acortamiento de alguna manera de la pared vaginal. La vejiga se vuelve a colocar en el lugar correcto y luego la vagina es sostenida fijando los músculos en el piso de la pelvis. Puede ser necesario retirar algunos tejidos para restaurar el tono de la vagina.
Síntomas
En casos leves de descenso de vejiga, es posible que no notes signos ni síntomas. Cuando se manifiestan los signos y síntomas, estos pueden incluir los siguientes:
- Una sensación de pesadez o presión en la pelvis y la vagina
- En algunos casos, un bulto de tejido en la vagina que puedes ver o sentir
- Aumento de la presión pélvica cuando te esfuerzas, toses, te agachas o te levantas
- Problemas para orinar, incluso dificultad para iniciar un chorro de orina, la sensación de no haber vaciado completamente la vejiga después de orinar, la sensación de una necesidad frecuente de orinar o la pérdida de orina (incontinencia urinaria)
Los signos y síntomas suelen notarse en especial después de permanecer de pie durante largos períodos y pueden desaparecer cuando te acuestas.
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