La ecografía vesical o ecografía de la vejiga es una prueba rutinaria. Habitualmente se realiza con el objeto de detectar enfermedades y procesos que afectan a la vejiga. Se realiza con un ecógrafo.
Habitualmente se utiliza una sonda (nombre del aparato que apoyamos sobre el paciente) de baja frecuencia. La sonda la colocamos en el bajo vientre y vamos moviéndola para valorar las distintas zonas de la vejiga. El ideal es realizarla en la misma consulta del urólogo.
La ecografía es un buen método diagnóstico inicial para detectar la presencia de un tumor en el riñón que puede ser benigno o maligno.
Cuando hay duda de la naturaleza de una colección liquida, se repite la exploración post micción o de la colección de una sonda Foley para aclarar la localización de la vejiga con respecto a la masa liquida . Se valora mejor cuando esta moderadamente llena.
Condiciones en las que se debe acudir para realizarse una ecografía vesical
Para obtener una mejor calidad y fiabilidad de la ecografía vesical, ésta debe estar llena de orina. Por ello se aconseja comenzar a beber una hora antes de la prueba, entre medio a un litro de agua. En caso de que el paciente no aguantase las ganas de orinar procurará orinar un poco, lo menos posible. De esta forma podrá aliviar las ganas de orinar y no vaciar por completo su vejiga.
Ventajas de la ecografía vesical
- Al no utilizar radiaciones, se puede realizar el número de veces que sea necesaria. La ecografía de vejiga permite no solo descubrir enfermedades, sino valorar también su evolución en el tiempo. Como por ejemplo, ir midiendo el volumen de orina residual o el aumento de tamaño de un divertículo de vejiga.
- Se puede realizar en las mujeres embarazadas ya que no afecta a la madre ni al feto.
- Es una prueba económica.
- Se realiza en la misma consulta.
- Ayuda a diagnosticar el 80% de la enfermedades vesicales.
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